MARTÍN MULLALLY SOBRE EL FRACKING EN VACA MUERTA: “¿HAY CHANCES DE QUE SEA SUSTENTABLE? LA RESPUESTA ES NO”
* FOTO EXTRAÍDA DE LAS REDES SOCIALES DE MARTÍN MULLALLY
Vaca Muerta es una formación geológica de 30.000 kilómetros cuadrados ubicada principalmente en la provincia de Neuquén, que contiene gas y petróleo a más de 2500 metros de profundidad. Este 9 de julio, en la Estación de Medición Salliqueló (provincia de Buenos Aires), se realizó el acto de inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner. Respecto a la Obra la secretaria de Energía de la Nación, Flavia Royón, en diálogo con AM750 dijo: “Es muy importante porque Vaca Muerta no podía evacuar más producción si no se hacía este gasoducto. La obra va a permitir aumentar la capacidad de transporte de gas del yacimiento hacia el centro del país, donde está más concentrada la demanda”. El rionegrino, investigador del Observatorio Petrolero Sur (OPSur), miembro de Enlace por la Justicia Socioambiental y fotógrafo, Martín Álvarez Mullally (1977) afirmó, en una charla con EL-RELATO-D, que su desafío principal es lograr que la producción y consumo de energía se haga de forma justa, democrática, saludable y sustentable. “Hay 5 o 6 incidentes ambientales diarios declarados en toda la cuenca de Neuquén. ¿La subsecretaría de Ambiente tiene posibilidades de hacer que esta actividad sea sustentable?”, se cuestiona de manera muy efusiva Mullally, dando claras muestras de que el extractivismo en Vaca Muerta es un tema que lo interpela muchísimo.
- Yo tomo tu interrogante y la dirijo a vos: ¿La subsecretaría de Ambiente tiene esa posibilidad?
- Te amplío la pregunta: ¿hay chances de que el fracking sea sustentable? La respuesta es no. Ni siquiera mejorando los controles. Porque tiene consecuencias que son muy fuertes e inherentes en la misma técnica. Esto ocurre en EEUU, en Canadá, en China. Donde el fracking estuvo las consecuencias son altas. Y las están pagando. De hecho, algunos estados en Texas, en EEUU que es el corazón de la explotación, hoy están teniendo políticas regulatorias y de prohibición. Acá en Argentina lo que marca la normativa es que, ante la declaración de una empresa de algún accidente, el Estado tiene que ir con sus técnicos y controlar si eso declarado es correcto. De esos controles existe una base de datos que indican que el 58% de estos incidentes no tienen valores de impacto reportados. Ó sea, tienen cero metros cúbicos afectados. Quiere decir que hubo un derrame de crudo de cierta cantidad de metros cúbicos, pero no afectó ningún metro de superficie. Es como que quedó flotando. Es raro.
-Tengo entendido que la técnica de estimulación hidráulica o “fracking”, que acabas de nombrar, es el método más utilizado para sacar petróleo en Neuquén.
- Sí, es así. En el momento en que se fundó OPSur (2008), el observatorio para el que investigo, la actividad solo trabajaba con el método de extracción convencional. Muy a grandes rasgos, para que se entienda, es esa torre de hierro que todos hemos visto en la tele, que debajo tiene un pozo muy profundo de donde se extraen los hidrocarburos de manera directa. Luego apareció el fracking: otro método de extracción mucho más dañino para el medio ambiente. Lo que hace es utilizar agua para perforar la tierra. Requiere de mucha infraestructura, muchos insumos y mucho personal. Vamos a analizar el caso de un pozo testigo como ejemplo y yo te tiro números para que vos puedas graficarte de que estoy hablando: un pozo de la empresa Petrol utiliza 90 mil millones de litros de agua, 15mil toneladas de arena de Sílice y miles de litros de químicos, solo en el proceso de fractura. Si nosotros colocáramos en una línea imaginaria un camión tras otro, para representar la cantidad de insumos que se utilizan, sumado a los equipos, motores y el personal, tendríamos un total de 52km, uno atrás del otro en fila, para explotar un solo pozo.
- ¿Por qué crees entonces que, a pesar de todas estas cosas negativas que vos describís, estos daños ambientales no toman relevancia en la agenda pública?
- Vaca muerta se construyó bajo dos características generales en términos de narrativa. Por un lado, todos sabemos que existe una necesidad, que fue acrecentándose, que tiene que ver con la cantidad de dólares que el país necesita para comprar, por ejemplo, gas en el exterior. Ahí se empieza a construir esa idea de: “no nos queda otra, Vaca muerta lo tenemos que hacer. Y el fracking lo tenemos que traer para desarrollarlo a como dé lugar”. Y por otro lado se construye una narrativa más épica, que vino de la mano del proceso de recuperación del 51% de las acciones y de la expropiación a Repsol de la empresa YPF. Un relato que presenta a la empresa como el motor del país. En algunos territorios tuvo esa impronta, de hecho, hay muchos pueblos que nacieron a raíz de IPF. Las escuelas, los mercados y los hospitales eran de la empresa. Entonces, ésta re edición de volver a poner a YPF de pie, con el control estatal, generó esas dos narrativas: “no nos queda otra” y “el acto heroico” que confluyó y provocó que el fracking ingrese con un consenso sumamente amplio.
- ¿Conoces otros países en los que se haya cuestionado políticamente el ingreso del fracking?
- Nosotros hemos visto dentro del continente, por ejemplo, en Colombia que el tema fracking estuvo en el eje principal de debate presidencial el año pasado. Los últimos candidatos todos tuvieron que decir que no iban a hacer fracking, para poder convencer a la población de que sean votados. Esto también se fue dando en otro debate, en distintas escalas, en otros estados. Ahora, en Argentina eso no ocurrió, hubo un consenso.
- Y un consenso incluso al momento de traer el paquete tecnológico, para el desarrollo de Vaca Muerta, en asociarse con la empresa Chevrón.
- ¡Exacto! Y sobre todo de una manera bastante complicada para poder ensamblarla con una narrativa de cuidado ambiental. Se asociaron con una empresa que no era la mejor, en el peor momento. Justo cuando era prófuga de la justicia por los impactos que había generado en la Amazonia ecuatoriana. El staff del Tribunal Superior de Justicia de Ecuador lo había condenado por 12mil millones de dólares y lo estaban tratando de cobrar en los activos de Chevrón a nivel global.
* FOTO EXTRAÍDA DE LAS REDES SOCIALES DE MARTÍN MULLALLY


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